La Mujer Invisible

No desmayes, todo lo que has sembrado dará fruto. El Señor te ama como a la niña de Sus ojos. Por Su misericordia eres libre para amar y entregarte sin reservas.

Eclesiastés 3:11 dice:

Todo lo hizo hermoso en su tiempo; y ha puesto eternidad en el corazón de ellos, sin que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin.

Para todo hay tiempo, pero no tenemos paciencia. Queremos lograr nuestros sueños en el tiempo natural pero el tiempo de Dios es diferente. Los milagros no son instantáneos y requieren esfuerzo.

Eclesiastés 3: 1-10 recomienda:

Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora. Tiempo de nacer, y tiempo de morir; tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado; tiempo de matar, y tiempo de curar; tiempo de destruir, y tiempo de edificar; tiempo de llorar, y tiempo de reír; tiempo de endechar, y tiempo de bailar; tiempo de esparcir piedras, y tiempo de juntar piedras; tiempo de abrazar, y tiempo de abstenerse de abrazar; tiempo de buscar, y tiempo de perder; tiempo de guardar, y tiempo de desechar; tiempo de romper, y tiempo de coser; tiempo de callar, y tiempo de hablar; tiempo de amar, y tiempo de aborrecer; tiempo de guerra, y tiempo de paz. ¿Qué provecho tiene el que trabaja, de aquello en que se afana? Yo he visto el trabajo que Dios ha dado a los hijos de los hombres para que se ocupen en él.

Todos los tiempos que menciona la Palabra nos hablan particularmente. Seguramente hemos sufrido en algún momento y el Señor nos dará un tiempo para cambiar la tristeza en alegría. También nos sentimos aludidas con lo relacionado a hablar y callar porque tenemos la debilidad de ser demasiado comunicativas. Pídele al Señor gracia para saber callar. Además, aprende a disfruta cada etapa de tu vida porque todo tiene su momento. Como soltera, casada, madre, hija y servidora superas etapas que te marcan, cuando debes aprender y también disfrutar. Como esposa pasas del amor joven al amor real que prueban la solidez de tu relación. Como madre vives confusión y angustia porque educar hijos no es fácil, sin embargo ellos merecen tu tiempo y esfuerzo. Dedícate a tus hijos, no delegues el cuidado de su desarrollo a una empleada. Mi esposo me ha mostrado el papel tan importante que desempeño en nuestro hogar y esa es una de las muchas razones por la que no amo. Acomoda las responsabilidades a tu maternidad. Puedes realizarte como profesional sin descuidar el privilegio de ser madre y cuidadora de la simiente.

Hay tiempos agradables y otros difíciles pero cada uno tiene su propósito y apoyo del Señor. Sin importar a qué te dediques, pon tus ojos en Él y pídele fortaleza. No olvides que hay un tiempo de siembra y otro de cosecha. No verás el fruto de inmediato, para todo se requiere preparación y paciencia. Aún siendo cristiana comprometida debes enfrentara la frustración y desaliento, es natural porque somos humanas, pero la diferencia está en la fe que demuestras.

Ánimo y valor

Hebreos 12:3 nos recuerda:

Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar.

El Señor Jesús es la fuente del ánimo que nos sostendrá en cualquier circunstancia.

Isaías 41:10 dice:

No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.

Para tu Padre no eres invisible, te ve y aprecia en todos los detalles. Su amor sobrenatural te dará fuerzas.

Romanos 4:18 relata:

El creyó en esperanza contra esperanza, para llegar a ser padre de muchas gentes, conforme a lo que se le había dicho: Así será tu descendencia.

Todas deseamos ver a nuestra familia bendecida y podemos lograrlo si se la entregamos al Señor.

Proverbios 19:14 dice:

La casa y las riquezas son herencia de los padres; Mas de Jehová la mujer prudente.

Puede que conozcas la palabra pero eso no es suficiente, tienes que pedir sabiduría para actuar conforme a ella.
Buena cosecha

Gálatas 6:7 dice:

No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.

Rompe con el enojo, tristeza y depresión. Dios renueva y debes ser tierra fértil para producir buen fruto. Hubo un tiempo cuando cometimos errores pero ahora es el momento de corregirlos. Si en algún momento te has sentido invisible a los ojos de otras personas o si te han utilizado y engañado, si te sientes frustrada por la crueldad del mundo que nos margina como mujeres, declárate liberada porque ahora Dios toca tu corazón y es bálsamo para tus heridas.

Proverbios 31:25

Fuerza y honor son su vestidura; Y se ríe de lo por venir.

Pídele fuerza y honor que te permita ver el porvenir con optimismo. Siembra para recibir esa promesa, ten paciencia porque Él no te ignora y te dará ese gozo sobrenatural que anhelas. El Señor puede sanarte, ayudarte a perdonar y a tener el control de tu vida. Sujeta tu alma emotiva porque necesitas ser usada para glorificar Su nombre. Él no ignora tu sacrificio y trabajo, sabe que le has dado prioridad y que has hecho mucho por tu familia. Tampoco ignora el esfuerzo que haces por educar a tus hijos, tus desvelos y tristezas están en Su memoria. Aquello que has sembrado trascenderá en una cosecha que alcanzará a muchas generaciones.

El rechazo no viene de Dios, Él te ama. NO hay nada que puede esclavizarte, entiende que ser mujer es maravilloso. Tienes mucho para dar, no te quedes con nada, el mundo te espera y necesita que lo lleves a los pies del Señor. Recuerda que fue una mujer la primera que comunicó el evangelio. María Magdalena olvidó todo el rechazo y humillación que sufrió cuando se encontró con Jesús y fue instrumento para las buenas noticias. Si te vieras con Sus ojos descubrirías lo hermosa que eres para Él, no te menosprecies más, descubre todo tu valor. Dile que estás a su servicio, que crees Su promesa y le amarás por sobre todas las cosas. Entrégate en Sus manos, deja que te guarde como a la niña de Sus ojos y te haga libre para amar y bendecir a quienes te rodean.

Por Sonia Luna – www.ministros.org