Cómo orar por las ofrendas y diezmos

En las sagradas escrituras se nos revelan principios para orar correctamente. No existen un manual único para hacer la oración de ofrendas, más bien, es el Espíritu Santo quien nos guía para poder expresar las palabras correctas.

Ahora bien, hay oraciones que puedes realizar basadas en conocimiento bíblico, por ejemplo hay pasajes como Génesis 4:4, Deuteronomio 23:23, 1 Samuel 2:17, 1 Crónicas 16:29, 1 Crónicas 29:9, Salmos 96:8, Malaquías 3:3-4 y 1 Corintios 16:2. que nos enseñan a orar.

El tema del dinero es delicado, si no se sabe orar podemos caer en dos extremos, uno de ellos es la idolatría. La biblia nos advierte que el amor al dinero es la raíz de todos los males (1 Timoteo 6:10), y aún así, vemos cómo irónicamente en ALGUNAS iglesias  donde reina la palabra de Dios, el dinero es un tema central.

El otro extremo es la negligencias. hay muchas personas que cree que hablar sobre el tema de la oración por las ofrendas y diezmos es incorrecto, se cierran al aprendizaje y por ello comenten errores al momento de exhortar la ofrenda.

De hecho, el Señor Jesús habla varias veces sobre nuestro uso de los bienes materiales. Hemos de confiar en Dios, nuestro proveedor, y hemos de ser buenos mayordomos de todo lo que Él pone en nuestras manos.

Basado en lo anterior, realizo estas pregunta: ¿Cómo tener una visión bíblica del dinero? ¿Qué principios se deben seguir para saber cómo orar por las ofrendas y agradar a Dios? Para resumir estas preguntas te damos los siguientes 10 principios bíblicos para orar:

  • Todo es del Señor (Colosenses 3:23).
  • La ofrenda es algo espiritual, no material (Hebreos 3:1).
  • Ofrenda para el Señor, no para los hombres (Corintios 9:2-7).
  • No ofrendes para que Dios te dé; ofrenda porque Dios te ha dado (Efesios 1:3).
  • Ofrendar es un privilegio (Proverbios 22.4).
  • Ofrendar es una responsabilidad (Levítico 27.32).
  • Ofrenda con generosidad. (Deuteronomio 26:12-13), (1 Corintios 16:2), (Lucas 21:3-4).
  • La ofrenda es una inversión espiritual (2 Corintios 9).
  • Ofrenda con gozo (2 Corintios 9:7), (Mateo 5:23-24).
  • Ofrenda medidamente (2 Corintios 9).

De Jehová es la tierra y su plenitud; El mundo, y los que en él habitan.Porque él la fundó sobre los mares, Y la afirmó sobre los ríos. (Salmo 24:1-2)

Oración por las ofrendas – ejemplos

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Ministración de ofrendas y diezmos

“Que los ruegos y ofrendas de nuestra pobreza te conmuevan, Señor, y al vernos desvalidos y sin méritos propios, acude, compasivo, en nuestra ayuda”.

“Acoge, Señor, con bondad las ofrendas de tu pueblo, para que, bajo tu protección, conserve los dones pascuales y alcance la felicidad eterna”.

“Al celebrar tus misterios con culto reverente, te rogamos, Señor, que los dones ofrecidos para glorificarte nos obtengan de ti la salvación”.

Otro ejemplo para orar por diezmos

Versículos De Bendición – Sobre La Ofrenda Y Fortaleza Espiritual

Haz clic en el versículo bíblico que te interese para leer su contenido bíblico y un breve comentario sobre cada uno de ellos.

  • Hebreos 3:1
  • Proverbios 17:18
  • Romanos 8:17
  • Proverbios 22:4
  • Génesis 4:4
  • Mateo 23:23
  • Levítico 27:32
  • Lucas 6:38
  • Apocalipsis 5:5
  • Salmo 3.4

Versículos de la Biblia sobre Dar

  • 2 Corintios 9:7
  • Proverbios 18:16
  • Proverbios 11:25
  • 1 Crónicas 29:14
  • 2 Corintios 8:12
  • Lucas 6:38
  • Proverbios 3:9
  • 2 Corintios 9:10
  • Mateo 6:2
  • Proverbios 3:27

 

Oración para presentación ofrendas

Esperamos que estos ejemplos de oración para ofrendas te hayan sido de gran utilidad. Si deseas saber más acerca de este tema comenta y con gusto responderemos tus dudas y ampliaremos según el contenido que necesites. Si te ha servido este tema por favor ayúdanos compartiendo en tus redes sociales y juntos seremos de bendición para más vidas.

Versículos de Ofrenda

Deuteronomio 16:16-17
Tres veces cada año aparecerá todo varón tuyo delante de Jehová tu Dios en el lugar que él escogiere: en la fiesta solemne de los panes sin levadura, y en la fiesta solemne de las semanas, y en la fiesta solemne de los tabernáculos. Y ninguno se presentará delante de Jehová con las manos vacías; cada uno con la ofrenda de su mano, conforme a la bendición que Jehová tu Dios te hubiere dado.

Génesis 4:4
Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas. Y miró Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda;

Mateo 5:23-24
Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda.

Mateo 8:4
Entonces Jesús le dijo: Mira, no lo digas a nadie; sino vé, muéstrate al sacerdote, y presenta la ofrenda que ordenó Moisés, para testimonio a ellos.

Marcos 12:41-44
Estando Jesús sentado delante del arca de la ofrenda, miraba cómo el pueblo echaba dinero en el arca; y muchos ricos echaban mucho. Y vino una viuda pobre, y echó dos blancas, o sea un cuadrante. Entonces llamando a sus discípulos, les dijo: De cierto os digo que esta viuda pobre echó más que todos los que han echado en el arca; porque todos han echado de lo que les sobra; pero ésta, de su pobreza echó todo lo que tenía, todo su sustento.

1 Crónicas 16:29
Dad a Jehová la honra debida a su nombre; Traed ofrenda, y venid delante de él; Postraos delante de Jehová en la hermosura de la santidad.

Salmos 96:8
Dad a Jehová la honra debida a su nombre; Traed ofrendas, y venid a sus atrios.

1 Corintios 16:1
En cuanto a la ofrenda para los santos, haced vosotros también de la manera que ordené en las iglesias de Galacia.

Salmos 20:2-3
Te envíe ayuda desde el santuario, Y desde Sion te sostenga. Haga memoria de todas tus ofrendas, Y acepte tu holocausto. Selah

Éxodo 35:29
De los hijos de Israel, así hombres como mujeres, todos los que tuvieron corazón voluntario para traer para toda la obra, que Jehová había mandado por medio de Moisés que hiciesen, trajeron ofrenda voluntaria a Jehová.

2 Corintios 9:7
Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre.

Levítico 19:5
Y cuando ofreciereis sacrificio de ofrenda de paz a Jehová, ofrecedlo de tal manera que seáis aceptos.

1 Crónicas 29:9
Y se alegró el pueblo por haber contribuido voluntariamente; porque de todo corazón ofrecieron a Jehová voluntariamente.

Éxodo 25:2
Dí a los hijos de Israel que tomen para mí ofrenda; de todo varón que la diere de su voluntad, de corazón, tomaréis mi ofrenda.

La ofrenda de la viuda (Estudio Bíblico)

Es interesante notar que las cosas grandes se componen de partes pequeñas, todas, sin excepción. Los mares no serían mares sin las muchísimas pequeñas gotas que los forman.

Las montañas nos impresionan por su grandeza, pero estas mismas montañas no serían nada si no fuera por la combinación de peñas, rocas, piedras y aún más importante, los granos de arena y hasta el polvo de tierra que les da forma y sustancia y permiten que la flora las adorne y las embellezca.

El dicho, “Roma no se construyó en un día” nos indica esto también. Vemos que lo grande, lo importante y lo bello es el producto de la acción de muchos elementos pequeños. Esto es verdad especialmente con respecto a lo espiritual.

El amor de la madre no se demuestra sólo por el hecho de haber dado a luz a su hijo. Ese amor maternal tan loable es la suma de los sacrificios de cada día, de largos años de preocupación por el bienestar de su hijo, lo cual llega a ser obsesión de su vida. Y todo esto, la madre no lo considera como sacrificio, sino al contrario, gozo y deseo de su existencia el darse de sí misma hasta el último suspiro.

Durante la segunda guerra mundial una parte de las fuerzas aliadas, compuestas de ingleses, franceses y norteamericanos, se encontró atrapada en costa del norte de Francia. Los nazis iban a forzarla al mar. ¿Cómo salvar a estos soldados de la destrucción que les esperaba? No había barcos militares suficientes, listos para transportarlos a estos valientes que afrontaban la muerte, distancia de sólo unos treinta y cinco kilómetros.

En Inglaterra el primer ministro, hablando por radio, explicaba la situación al pueblo, suplicando a cada persona que tuviera barco, no importaba el tamaño, se lanzara al mar hacia la costa norte de Francia para rescatar a estos soldados.

Fue sorprendente el resultado. Millares de individuos en sus barcos, algunos pocos de ellos yates, pero la mayoría lanchas pequeñas y hasta había embarcaciones de remo, se dirigieron a alta mar. Formaban una flota unida y potente porque tenían un solo fin y todos estaban consagrados a hacer lo que pudiesen con lo que tenían. Para muchos su única posesión era su lancha. Con ella lo que tenían para poder ayudar a los que necesitaban su servicio.

La mayor parte de los soldados llegaron salvos y sanos a Inglaterra, gracias a tantos que ofrecieron lo poco que tenían. Mucho se puede siempre y cuando uno esté dispuesto a ofrecer lo que tiene, aunque le parezca poco.

Cristo también nos enseña esta lección por medio de una  experiencia suya (Mar. 12.41-43). El estaba “sentado delante del arca de la ofrenda, miraba cómo el pueblo echaba dinero en el arca; y muchos ricos echaban mucho. Y vino una viuda pobre, y echó dos blancas (moneda de poco valor), o sea un cuadrante. Entonces llamando a sus discípulos, le dijo: De cierto os digo que esta viuda pobre echó más que todos los que han echado en el arca; porque todos han echado de lo que les sobra; pero ésta, de su pobreza echó todo lo que tenía, todo su sustento.”

La parte del templo judío donde la gente iba para dar su ofrenda era un lugar amplio y las cajas en que las echaban se encontraban alrededor del local, a plena vista. Era la costumbre ofrecer a Dios el diezmo, o sea la décima parte de las ganancias. De modo que los ricos ofrecían mucho. El dinero que se colectaba era para los sacerdotes (los de la tribu de Leví) y también para el mantenimiento del templo. Es sabido que algunos ofrecían hasta tres décimos de sus ganancias, pero aquí vemos a una pobre viuda que hizo más que todos los ricos, y Cristo explica por qué: “de su pobreza echó todo lo que tenía, todo su sustento”.

Uno preguntará, “¿Por qué lo hizo la viuda?” “¿Por qué no guardó esas dos monedas para comprar comida?” No sabemos los motivos. Sólo sabemos que con buena voluntad la viuda “echó todo lo que tenía”.

Alguien diría, “La viuda no hizo mucho; echó sólo dos monedas de muy poco valor”. Pero, Cristo corrige este pensamiento. El nos aclara que la viuda era pobre y que lo que ofreció a Dios era de lo que necesitaba ella y por lo tanto era mayor que todas las ofrendas.

Esta lección nos enseña que aunque demos poco, es de mucho valor a Dios. Dios sabrá multiplicarlo lo suficiente. Lo importante es que todos hagamos nuestra parte, creamos que sea de poca importancia.

¿Qué hubiese pasado si todos los ingleses que tuvieron lanchas pequeñas, en el hecho antes referido, hubiesen decidido por lo pequeño de su barca a no cooperar? Según la historia, la mayoría de los soldados rescatados se salvaron en barcas pequeñas, indicando que si no hubiera sido por el esfuerzo de los que tenían “sólo una barca”, muchos en aquella ocasión habrían perdido la vida.

No sabemos quién era la viuda de que hablaba Jesús, pero sí sabemos que el reconoció en ella una dedicación única, digna de mencionarse en el texto sagrado para beneficio de todo creyente de todo tiempo. Claro es que Dios se interesa en los motivos del individuo y en su deseo de cumplir voluntariamente con lo que Dios manda.

Seamos como los de las iglesias de Macedonia quienes “a sí mismos se dieron primeramente al Señor” (2 Cor. 8.5). Para que tengamos la misma motivación y voluntad de la viuda pobre.