La Sangre de la Cruz

Rev. Julio Ruiz. 1 Pedro 3:18. Cuando pensamos en la pascua tenemos que relacionar esto con la reconciliación. El pecado nos ha separado de la santidad de Dios. Entonces, lo que Jesús hizo al morir fue tomar una de nuestras manos y con la otra la mano de Dios, y por medio de su sangre reconciliarnos con el Padre; esto es lo que explica Romanos 5:10. ¿Por qué la cruz?

   
 
 

Esta es la pregunta para responder en este tiempo. Cualquier respuesta que debemos debe llevarnos a una sola conclusión: la cruz de Jesús fue levantada a causa del pecado. Una cruz vacía en el templo nos dice que el pecado es una realidad, y que esa fue la razón por la que Cristo murió. Las noticias del periódico, la radio y la TV, nos hablan de esto. No aparece en los titulares la palabra “pecado”, pero está allí. El texto que tomamos para nuestro mensaje está cargado de un profundo significado de la cruz. Nos dice cómo puede Dios perdonar el pecado. Pero a su vez, por su santidad, él no puede dejarlo sin castigo. Consideremos el tratamiento que Dios le dio al pecado.  

 

I. LA SANGRE DE LA CRUZ FUE DERRAMADA UNA SOLA VEZ

 

¿Puede usted imaginarse cuántos corderos, machos cabríos, toros y  aves fueron sacrificados ante que Jesucristo muriera? ¿Sabe usted cuánta sangre fue rociada en el altar para perdonar los pecados del pueblo durante tantos años?  

 

1. Hemos dicho que Jesús es el cordero sin mancha y sin contaminación, y de acuerdo a Pedro “inmolado antes que el mundo fuese”. Jesús estaba bien familiarizado con el monte de los olivos y el llamado monte Moriah. En uno de ellos tuvo su gran agonía y en el fue muerto. ¿Qué recordaba en el monte Moriah? Que allí muchos años atrás Abraham llevó para sacrificar a su hijo. Pero también sobre ese mismo monte se levantó el templo. Ambos montes están muy cerca de Belén, el lugar donde Jesús nació. Para aquella época, los sacerdotes habían instruido muy bien a los pastores en la forma de criar a las ovejas para los sacrificios. Belén era el lugar donde se criaban con especial cuidado, las ovejas del sacrificio. Por lo tanto,  los corderos para el sacrificio eran traídos al templo por la puerta de las ovejas, situado en el monte Moriah el domingo de pascua.  Curiosamente el mismo día entró el Cordero de Dios montado en un asno. El cordero era examinado de una forma muy rigurosa. Si encontraban algún defecto, era rechazado. Le examinan la lana, los casquillos, los ojos, las orejas… todo. El sacerdote se aseguraba de su limpieza.  

 

2. El cordero de Dios también nació en Belén, era de igual manera sin mancha y sin contaminación,  y fue también traído para ser examinado. A Jesús lo examinaron las autoridades civiles, los fariseos, los saduceos, los herodianos, Pilato y Herodes. Y fue Pilato quien tuvo que confesar: “No hallo ningún delito en este hombre”. Ante todos ellos pasó el examen, pues todos tuvieron que decir: “Jamás hombre alguno ha hablado de esta manera como lo ha hecho este hombre”. Y Jesús ha sido el único hombre que ha dicho, “¿quién de vosotros me redarguye de pecado?”.  

 

3. El sacerdote llegaba a las 3:00 PM para el sacrificio. A esa hora, tomaba la barbilla del cordero, y con un afilado cuchillo lo introducía profundamente en la garganta, degollándole hasta toda la sangre saliera. Así tenemos que, a esa misma hora, en el monte Moriah, donde Abraham le había dicho a su hijo que Dios se proveería de holocausto, Jesús fue degollado en la cruz dando su preciosa sangre  por todos nosotros.  

 

4. En aquella hora Jesús dijo: “Consumado es”. ¿Qué quiso significar esta palabra además de otros significados? Jesús le dijo a los sacerdotes, levitas y pastores: “El trabajo de ustedes se ha acabado”. ¡Busquen otro oficio! Su sacrificio, como cordero de Dios, ha hecho posible que la deuda por los pecados haya quedado cancelada. Ya no más sacrificios por el pecado. Jesús fue el sustituto (Hebreos 10:12-14).  

 

II. LA SANGRE DE LA CRUZ FUE DERRAMA DE UNA MANERA VICARIA

 

La palabra “vicario” tiene que ver con uno que toma el lugar de otro. Uno que suplanta, que sustituye. Esto es lo que Pedro dice, cuando habla de “el justo por los injustos”. Jesús, el inocente y sin mancha, el justo y santo, nacido de una virgen… murió como sustituto. La cruz donde yo debería morir la tomó él y sobre ella murió.  

 

1. Barrabás en lugar de Cristo. Pedro conoció muy bien aquellas horas donde sucedieron tantas cosas para la salvación de la humanidad. Entre una de esas tuvo que ver con la decisión de Pilato de salvar a Jesús de la muerte de cruz. Encontró una excelente ocasión para salir airoso de aquella presión a la que fue sometido. Él sabía que Jesús era inocente, pero tenía preso a Barrabás, un peligroso ladrón, criminal y revolucionario. La ocasión era propicia para que el pueblo eligiera entre el justo y el injusto, entre lo santo y lo profano. Pero para su propia sorpresa, el pueblo decidió que liberaran a Barrabás y  que crucificaran al Cristo. Imagínese por un momento la escena. Un soldado romano llevando una antorcha comienza a caminar por un delgado pasillo, y llega hasta una oscura celda donde duerme sobre una improvisada cama de paja aquel criminal llamado Barrabás. Cuando ve al soldado se levanta temblando como un pájaro atrapado en su una jaula. Su rostro era el espejo de la maldad. El terror estaba escrito en su cara. Al verse en aquella situación, el criminal comienza a clamarle al soldado. Comienza a pedirle que le perdone. Así, pues, el soldado abre la puerta y le ordena que se levante. Y cuando este piensa que lo va a llevar para matarlo, le dice: “Nunca había visto algo parecido. Tú eres la persona con más suerte en el mundo. Tú eres un pillo, sin embargo tú no vas a morir. Alguien lo está haciendo en tu lugar. Sal y mira aquellas tres cruces. La cruz del medio era para ti, pero alguien la tomó y está muriendo sobre ella. Sal, quedas libre por la decisión del pueblo”. Y fue así como Jesús se entregó y murió en la cruz donde otros deberían morir. No sabemos dónde murió Barrabás, pero si sabemos dónde murió Cristo.  

 

 2. El macho cabrío (Lv. 16). Este otro simbolismo respecto a la muerte de Cristo. El sumo sacerdote tomaba uno de aquellos machos cabríos asignados para el holocausto, y después de imponerles las manos, lo llevaba afuera y lo degollaba. Luego con su sangre rociaba el altar de la remisión. Jesucristo no fue muerto ni en el templo ni en la ciudad, fue llevado afuera. Su cruz fue levantada en el monte de Moriah. Allí derramó su única y preciosa sangre por nosotros. Así como el sacerdote colocaba las manos sobre la cabeza del macho cabrío, simbolizando con ello que colocaba todos los pecados del pueblo para que él los llevara, de igual manera Dios puso sus manos sobre la vida de su Hijo inocente,  para que llevara todos nuestros pecados. Él es el auténtico vicario, no puede serlo otro.  

 

III. LA SANGRE DE LA CRUZ ES UN CRUENTO MEDIO DE SALVACIÓN

 

Pedro dice que aquel  sacrificio, hecho una sola vez, por el único hombre sin pecado que ha pisado la tierra, tuvo el propósito de llevarnos a Dios. La palabra para “llevar’ aquí es la misma que se usaba cuando alguien tomaba de la mano a una persona y lo llevaba hasta la presencia del rey, o de algún otro dignatario. Pero observe el precio de esa entrada. Cuando Jesús que nadie venía al Padre sino por él, tenía en mente su sacrificio.  

 

1. Los azotes. Además del sufrimiento emocional, Jesús sufrió el terrible sufrimiento de los azotes  y de los clavos. Ataban a las manos de las víctimas estirándolas al máximo de sus pies hasta que quedaran en puntillas, lo cual ya infundía un terrible dolor. La intención era que la piel quedara liza y estirada para todo lo que venía después. Dos verdugos eran utilizados para aquel suplicio. El uno comenzaba de la nunca y descendía; el otro desde los tobillos y ascendía. La carne salía en forma de jirones. Los verdugos hacían tan bien ese trabajo,  que se aseguraban de sacarles la carne a las víctimas, haciendo ver sus los huesos y los nervios, pero teniendo cuidado de sacarles los intestinos. Se dice que los hombres después de aquel horrendo acto no podían caminar sino que salían gateando. Se ha preguntado por qué Jesús lo llevaron amarrado delante de  Pilato y por qué no pudo llevar la cruz, de tal manera que pidieron a Alejandro, el hijo de un tal Rufo. El “castigo de nuestra paz fue sobre él”.    

 

2. La crucifixión. ¿Por qué los romanos usaban la crucifixión? La respuesta era porque tenía como finalidad demostrar a toda la gente que la veía la más crueldad que se lo podía infligir a un ser humano. Cuando alguien veía las cruces y los cadáveres sobre ellas, tenían que recordar no hacer ningún asunto para ser llevado ante tan inenarrable dolor. La misión la cruz era inspirar terror entre los ciudadanos. Los clavos eran puestos sobre la muñeca para que no se desgarrara la mano. Pero también porque en ese sitio se podía aprisionar los tendones y esto traería un dolor insoportable. Los ponían en una posición donde el cuerpo quedara inclinado, de modo que eso impidiera la respiración, lo cual traía una agonía mayor. Las personas experimentaban nauseas y podían estar por un largo período. Para poder hablar tenían que empinarse sobre sus pies. O sea, empinarse sobre los clavos mismos. Jesús hizo esto unas siete veces para poder pronunciar las llamadas “Siete Palabras”. Usted tiene que imaginarse que el dolor de Jesús, además de físico, tuvo que ser emocional por la carga de pecado que esos momentos está llevando. Usted tiene que saber que las tres horas de oscuridad, de las que el mismo Padre quitó su mirada, tuvieron que ser las más terribles por las que pasó nuestro Señor; y todo eso por amor.  

 

CONCLUSIÓN: Después de la última plaga que azotó a Egipto, al pueblo se le ordenó sacrificar a un cordero, sin defecto alguno. Con aquella sangre cada hogar tenía que poner la sangre afuera del dintel de la casa, así como las dos columnas principales que sostenían la casa. La sangre del cordero no tenía que estar adentro sino a fuera; expuesta de una manera publica, sin ninguna vergüenza. Bien puede verse de alguna manera la cruz representada en el dintel y las columnas. Con esto Dios estaba profetizando el perdón a través de la sangre. Cuando venía el ángel destructor pasaba por alto la casa. ¿Cuál es el significado de esto? Que Dios pasará tu vida cuando tú hayas aplicado la sangre de Cristo. Pero si no la aplica el juicio le alcanzará. La última parte del texto de Pedro nos dice: “… para llevarnos a Dios”. El significado de esta palabra en el griego es el de alguien que toma la mano de una persona y la introduce delante de un rey o un dignatario. Ninguno de nosotros podía entrar delante de Dios amenos que alguien nos introdujera. Jesucristo lo hizo, pero tuvo que derramar toda su sangre. Ahora si tenemos que entender sus palabras, cuando dijo: “Nadie viene al Padre sino es por mí”. ¿Qué harás hoy con la sangre de Cristo? Si la aplicas a tu vida, el día del juicio no te tocará.

 

 

                                                                        

 

CONGREGACIÓN HISPANA

 

BAUTISTA DE COLUMBIA

 

Falls Church,
05/04/2007

Rev. Julio Ruiz , pastor

Mensajes para la

Semana Santa

 

Deja un comentario