No Pierdas La Esperanza

Mirando por la ventana de la cárcel, observaba las estrellas, recordando sus sueños y los años maravillosos que había vivido junto a su padre. Todo había pasado tan rápido, en un momento feliz y contento, en otro llorando tirado dentro de un pozo seco, con la incertidumbre de no saber que pasaría con su vida.

Sus propios hermanos que habían querido matarlo lo venden como esclavo a unos mercaderes que iban hacia Egipto, ¿que pudo haber sido peor?, se preguntaba ¿morir en aquel pozo? ¿o ser vendido como esclavo?. Recordaba su túnica de muchos colores, que tenia una gran diferencia con la ropa que usaba ahora en la cárcel. La experiencia había sido tan extrema, como estar durmiendo bien abrigado placidamente a las 4:00 o 5:00 de la mañana en un día de invierno, y de pronto ser levantado bruscamente por alguien y lanzado a una laguna con hielo.

Pero bien ahí estaba ahora observando las estrellas, miles de pensamientos cruzaban por su mente, uno buenos, otros malos, por un lado una voz que le decía: Ya viste, si te hubieras acostado con la mujer de tu amo, no estarías en esta cárcel; y por el otro recordaba sus sueños, pero lo más importante, recordaba quien se los había dado, y sabia que aunque todos le habían fallado, el que le había dado esta promesa era Dios, y el nunca falla y nunca miente. Así que recostando su cabeza sobre su almohada, con la mirada fija en el techo de la cárcel confesaba, esto es solo un proceso, esto es temporal, mi final esta en lo que Dios me ha prometido, y cerrando los ojos se quedaba profundamente dormido.

Si alguien tenia motivos para perder la esperanza era el, en lugar de mejorar las cosas parecían ir empeorando y sus sueños en lugar de acercarse, parecían alejarse aun más y más de el cada día. Porque lo peor es cuando se elevan tus expectativas, crees que la salida ya esta cerca y no resulta ser como tu esperabas, habían pasado dos años desde que José había interpretado el sueño al jefe de los Coperos del Rey, y cuando el pensaba que ahora si había conocido a alguien con influencia en el reino, que llevaría su caso ante el rey, este lo había olvidado. Posiblemente José había pensado en ese momento: ahora si saldré pronto para regresar a mi tierra, o posiblemente llegare a la corte del rey como esclavo del jefe de los coperos; muchos pensamientos cruzaron posiblemente por su mente, pero se cumplió lo que la Biblia dice: que así como son mas altos los cielos, que la tierra, así son los pensamientos de Dios, más altos que los nuestros, y sus caminos, más altos que nuestros caminos (Isaías 55:9). Así que cuando José creía que el jefe de los Coperos lo había olvidado, una mañana es mandado a llamar a la corte del Rey, Faraón había tenido sueños que predecían los años de abundancia y escasez que habrían de venir sobre la tierra, pero nadie se los podía interpretar. José recibe de parte de Dios la revelación para estos sueños, y aquel que talvez soñaba si mucho con salir libre de aquella cárcel, o llegar a ser esclavo de otra persona importante, ahora llega a ser el segundo en Egipto, después de Faraón. Sus sueños habían comenzado a cumplirse. Pasó un tiempo más, y cuando los años de escasez habían llegado, ve llegar un día en una caravana a sus hermanos, que venían a Egipto en busca de alimento. Sus hermanos lo ven, pero nadie lo reconocen, todos ellos se inclinan a sus pies, y José tiembla al ver como sus sueños se habían cumplido.

En Habacuc 2:3 nosotros leemos: Aunque la visión tardará aun por un tiempo, más se apresura hacia el fin, y no mentira; aunque tardare espérala, porque sin duda vendrá, no tardará. Que promesas haz recibido de parte de Dios que aun no haz visto, debes saber que Dios siempre cumple. En Hebreos 6:13 leemos: “Pues cuando Dios hizo la promesa a Abraham, no pudiendo jurar por uno mayor, juro por si mismo, diciendo: Ciertamente te bendeciré y ciertamente te multiplicare. Y así, habiendo esperado con paciencia, obtuvo la promesa”. Luego en Romanos 4:18 al 22 leemos también acerca de Abraham lo siguiente: “El creyó en esperanza contra esperanza, a fin de llegar a ser padre de muchas naciones, conforme a lo que se le había dicho: Así será tu descendencia. Y sin debilitarse en la fe contemplo su propio cuerpo, que ya estaba como muerto puesto que tenia como cien años, y la esterilidad de la matriz de Sara; sin embargo, respecto a la promesa de Dios, Abraham no titubeo con incredulidad, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios, y estando plenamente convencido de lo que Dios había prometido, poderoso era también para cumplirlo. Por lo cual también, su fe le fue contada por justicia.

Abraham al igual que José tuvo motivos para desanimarse y “tirar la toalla” como decimos de los que claudican, pero el confió en Dios, y dice la Biblia que los que en el confían, no serán avergonzados. Posiblemente hoy veas nublado tu camino, tal vez te sientes en un túnel largo y sin salida, tal vez estas a punto de quedarte tendido cuando no sabes que lo que te falta es muy poco y tu promesa esta a la vuelta de la esquina; es cierto, talvez no puedes verla, pero recuerda que Fe, es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve (Hebreos 11:1) y Dios siempre cumple lo que promete. El dijo: “No te dejare, ni te desamparare” (Hebreos 13:5). El es Jehová Jireh, nuestro proveedor, y por muy difícil que sea tu prueba, o por muy distante que veas el final, toma animo en tu espíritu, y recuerda que Dios no miente, El siempre cumple sus promesas. Dios te bendiga.

Pastor de Jovenes: Lic. Luis Armando Bravo Santisteban – www.LuisBravo.org

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