EL CONFLICTO DEL QUE ACUDE A DIOS, CONTRA SATANÁS

Por Charles Spurgeon
«Y mientras se acercaba el muchacho, el demonio le derribó v le sacudió con violencia; pero Jesús increpó al espíritu inmundo, y sanó al muchacho, y se lo devolvió a su padre» (Lucas 9:42).
INTRODUCCIÓN: Un ejemplo muy adecuado
Este muchacho poseído por un espíritu malo es un ejemplo muy adecuado de cada persona impía e inconversa. Aunque no estemos poseídos por demonios, sin embargo por naturaleza estamos poseídos por concupiscencias y vicios demoníacos que, si no angustian y afligen nuestros cuerpos, con toda certidumbre destruirán nuestras almas.

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El Don de Hablar Espontáneamente

Por Charles Spurgeon
No vamos a tratar la cuestión de sí los sermones deberán ser escritos y leídos, o escritos, aprendidos de memoria y reproducidos; O Si fuese mejor prescindir por completo de apuntes. No nos ocuparemos de ninguno de estos asuntos, si no es de un modo incidental, y pasaremos a considerar el don de hablar espontáneamente, en su forma verdadera y pura, es decir, el habla improvisada, lo que se profiere sin preparación especial, sin notas o pensamientos sugeridos, momentos antes, de predicar.

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EL GLORIOSO EVANGELIO

«Palabra fiel y digna de ser recibida de todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero» (I Timoteo 1:15).
Yo creo que el mensaje anunciado a los hombres por los siervos de Dios, debería ser llamado siempre: «La carga del Señor». Cuando los antiguos profetas aparecían enviados por su Dios, eran tales las sentencias, amenazas y calamidades que tenían que anunciar, que sus rostros palidecían por la tristeza, y sus corazones se deshacían dentro de ellos.

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El Gran Salvador

Por Charles Spurgeon
«Grande para salvar» (Isaías 63:1).
Sabido es que esto se refiere a nuestro amado Señor Jesucristo, a quien se describe como «viniendo de Edom, de Bosra, con vestidos bermejos,» y el que preguntado quién es, contesta:
«Yo, el que hablo en justicia, grande para salvar.» Con esto, será bien que desde el principio del discurso notemos una o dos cosas tocante a la persona, incomprensible en su naturaleza, del hombre y Dios a quien damos el título de Redentor nuestro, a saber, Jesucristo nuestro Salvador.

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EL LIBRE ALBEDRIO: UN ESCLAVO

por Charles Spurgeon
«Y NO QUEREIS VENIR A MI, PARA QUE TENGAIS VIDA ETERNA.» (Juan 5:40)
Este es uno de los grandes cañones de los arminianos que, emplazado en lo alto de sus murallas, es frecuentemente disparado con fragor contra los pobres cristianos llamados calvinistas. Trataré de inutilizarlo esta mañana, o mejor aun volverlo contra el enemigo; porque nunca fue suyo, nunca fue moldeado en sus fundiciones, sino que fue hecho para enseñar la doctrina diametralmente opuesta a la que ellos sostienen.

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EL LIBRO VIVO

Por Charles Spurgeon
INTRODUCCIÓN
Dichosos nosotros cuando lo que nos manda nuestro padre y aconseja nuestra madre está conforme con la Ley, los Mandamientos de nuestro Dios. Dichosas aquellas almas jóvenes a las que una doble fuerza impulsa hacia el bien: los lazos de la naturaleza y de la gracia divina. Peca doblemente el que, al mismo tiempo, desobedece a su padre según la carne y a su Padre celestial; y de muestra una perversidad fuera de lo ordinario, aquel que desprecia, a la vez, las dulces lecciones de la casa paterna y lo que la conciencia y el Señor prescriben.

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UN NUEVO CORAZÓN

Por Charles Spurgeon
«Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne» (Ezequiel 36:26).
Contemplemos una de las maravillas del amor divino. Cuando Dios hace a sus criaturas, creación que Él considera buena, si éstas caen de la condición en que han sido creadas, Dios, por lo general, consiente que sufran el castigo de su trasgresión, y que moren en el lugar en que han caído. Pero ha hecho una excepción: el hombre, el hombre caído

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EL NUEVO NACIMIENTO

Por Charles Spurgeon
«El que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.» (Juan 3:3).
INTRODUCCIÓN: La clave del sistema evangélico
En la vida ordinaria, se ocupa el hombre con preferencia de las cosas que le son más necesarias para su existencia. Por eso en tiempo de hambre o escasez, nadie encuentra extraño que el precio del pan sea el tema de todas las conversaciones; todos ven en ello una cuestión de interés vital para el pueblo; nadie piensa en lamentarse por las continuas declamaciones de todos, ni por leer constantemente en los periódicos, artículos que traten sobre la materia.

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EL TRONO DE LA GRACIA

Texto: «Al trono de la gracia» Hebreos 4:16
Estas palabras se encuentran engastadas en aquel versículo lleno de gracia: «Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanazar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.» Son una gema en un engaste de oro. La verdadera oración es un acercamiento del alma por el Espíritu de Dios al trono de Dios. No es emitir palabras, no es solamente el sentir deseos, sino es la presentación de los deseos a Dios, el acercamiento de nuestra naturaleza a Dios nuestro Señor.

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LA ELECCIÓN

«Mas nosotros debemos dar siempre gracias a Dios por vosotros, hermanos amados del Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación, por la santificación del Espíritu fe de la verdad, a lo cual os llamó por nuestro Evangelio, para alcanzar la gloria de nuestro Señor Jesucristo». (II Tesalonicenses 2:13,14).
Si no hubiera otro texto más que éste en la Sagrada Escritura, creo que estaríamos todos obligados a recibir y reconocer la veracidad de la grande y gloriosa doctrina de la eterna elección de la familia de Dios.

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