Aprende a disfrutar de lo que tienes

Este año la situación ha sido difícil, muchas personas se han quedado sin trabajo o están pasando por dificultades económicas. Es un tiempo de cambios y esto no nos gusta porque estamos programados para la seguridad que ofrece seguir una rutina diaria. Los cambios nos quitan la paz y afanan, son retos que pueden transformarnos, formarnos o deformarnos dependiendo de cómo reaccionemos. Lo mejor ante las situaciones difíciles es meditar y enfrentarlas para encontrar soluciones. Importante es tener la confianza que brinda estar de la mano del Señor porque todo obra para bien a quienes le escuchan y tienen fe.

En mi vida están sucediendo cambios importantes. Sé dónde quiero estar y tomaré las decisiones correctas, de acuerdo a la información que tengo y a la Palabra que me guía y da fortaleza. No escucho consejos de cualquiera porque muchos incluso están pasando por situaciones peores y necesitan tanto o más que yo. Es tiempo de decisiones y para hacerlo debes tomar en cuenta dos variables: asumir los riesgos con el carácter que se forma a través de las pruebas y obedecer a las enseñanzas de nuestro Padre Celestial. Realmente estos son buenos tiempos, no puede llover para siempre, en algún momento saldrá el sol.


Disfruta de las cosas sencillas

Eclesiastés 2:24-25 dice: No hay cosa mejor para el hombre sino que coma y beba, y que su alma se alegre en su trabajo. También he visto que esto es de la mano de Dios. Porque ¿quién comerá, y quién se cuidará, mejor que yo?

Algunas versiones de la Biblia dicen que no hay nada mejor que disfrutar de los placeres de la vida. Por ejemplo sentarse con la familia a tomar un café con pan dulce o leerle a tus hijos un cuento antes de dormir. Ahora corremos hasta para comer. Siempre estamos presionados y con el tiempo limitado. Yo aprendí a valorar el pequeño placer de comer los huevitos con tomate y cebolla que hacía mi abuelita, el día que estuve en el hospital y no podía llevarme a la boca nada que pareciera comida normal. Tuve cálculos renales y hace seis años sobreviví una crisis médica, cuando sentí un fuerte dolor de espalda y al examinarme resultó que tenía serios problemas intestinales. Estuve una semana en el intensivo y tres más en cama. En esa época, cuando añoraba la sabrosa comida casera, recordé las sabias palabras de mi madre: “ lo comido y viajado es lo único que nos llevamos”.

El primer punto es disfrutar lo que tenemos. Es placentero saborear de las pequeñas cosas que no valoramos hasta que las perdemos.

Aprovecha el tiempo de comida con tu familia. Si por la noche llegas cansado, aburrido, cargado y triste, siéntate a la mesa con tu esposa e hijos a saborear aquello que tienes para compartir. No importa si es mucho o poco, no importa si los niños te echan encima la sopa, piensa que muchos no tienen ni qué comer o con quién compartirla. En Guatemala comemos muchos frijoles y cuando estamos fuera los extrañamos exageradamente. Seguro, en cada país tienen un plato especial que se extraña cuando se está fuera. Cierta vez tuve que viajar a Taiwán y sufrí porque no podía pedir nada de comer. En los restaurantes señalaba a los meseros el plato que veía menos extraño en las mesas próximas y terminaba comiendo arroz con huevos estrellados. Cuando regresé, el primer plato de frijoles que me sirvieron en casa tenía sabor a gloria. Nada se disfruta tanto hasta que se valora.

El segundo punto es disfrutar del trabajo que es bendición. Todos tenemos responsabilidades, las cosas hay que hacerlas de buena o mala gana, pero hay que hacerlas. Entonces lo mejor y más inteligente es hacerlas con gusto. Trabajar es básico en la vida, a veces nos enseñan que el trabajo es una carga, pero Dios te dice que debes disfrutarlo. Hoy día, muchos quisieran tenerlo para proveerse de lo necesario. Valora tu trabajo y hazlo con dedicación y amor. Algunos lo ven solamente como un medio de sobrevivencia, pero debe ser una forma de realización personal. Hay que trabajar para vivir, no vivir para trabajar, aprende a manejar tu tiempo y ser ordenado con tu agenda. No sea que te mates trabajando y al final de tu vida lo que bien guardaste, producto de tu esfuerzo, te sirva solamente para pagar medicinas y hospitales porque el estrés se robó tu salud. Si trabajas para tus hijos, recuerda que también les debes tiempo para compartir.

Dios nos dice que disfrutemos de lo que tenemos. Mi esposa y yo escogimos trabajos que nos permitían pasar tiempo con nuestros hijos. Tal vez podíamos ganar más dinero en otras empresas pero no íbamos a sacrificar la oportunidad de ver crecer a los niños. Siempre salíamos de vacaciones juntos, algunas veces a una playa cercana y otras a lugares más lujosos, no importaba, lo valiosos era compartir y pasarla bien. Cierta vez nuestro paseo fue dar una vuelta por el vecindario. Mi esposa preparó sándwiches con queso crema que coloreó con tintes vegetales. Los niños estaban fascinados, les contamos una historia interesante que los transportó a un viajes imaginario. Cuando entramos de nuevo al pequeño jardín de nuestra casa, les dijimos que estaban en el Jardín del Edén. Ellos fueron los únicos en el colegio que dijeron haber viajado a ese maravilloso lugar durante las vacaciones. Ahora que son mayores, recuerdan con cariño esas anécdotas y aprendieron a disfrutar de lo que tienen. No necesitas grandes lujos para pasarla bien con los tuyos. Todo lo que recibes de Dios es bendición.

D.A.R.

Disfrutar tiene relación con dar. Las tres letras de esta palabra tienen un mensaje clave para aprender a disfrutar de la vida. La letra “D” introduce el mensaje de “darte” a Dios, a ti mismo y a los demás. La clave para ser feliz es ordenar tu relación con el Señor. Busca estar bien con Él. Para disfrutar lo que tienes, debes estar en paz con el proveedor de todo. Nada funcionará si tu vida está alejada de Dios, reconcíliate y entrégale tu ser.

Además, busca estar en paz contigo mismo y tus semejantes. Nada se disfruta con el corazón resentido y lleno de rencor. Es increíble el tiempo que perdemos en pleitos vanos y sin sentido. Busca tu tranquilidad, pide perdón y disfruta del tiempo con tus seres queridos.

La letra “A” introduce el mensaje de la “actitud” adecuada para disfrutar. Planifica tus cosas para darte tiempo de apreciar lo que haces. Si vas de vacaciones dedícate a pasarla bien, si estás trabajando, concéntrate. No hay nada peor que estar en un lugar o hacer algo pensando en otra cosa. La actitud correcta es vivir el presente porque el futuro ya está pensado y el pasado ya no volverá.

La letra “R” introduce las palabras “regalar y recibir”. No olvides que dando es como recibes y se encuentra más gusto en compartir que en esperar algo a cambio. Disfruta lo que tienes y compártelo.

Cerca de Dios

Juan 15:5 reflexiona: Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.

Al final, el gran secreto para ser feliz y disfrutar de la vida es estar cerca de Dios. Búscalo, Él tiene palabra, consuelo, gozo, guía y provisión para ti. No insistas en buscar lo que necesitas en el lugar equivocado. Sólo el Señor puede darte la actitud correcta para disfrutar de tu familia. Sonríe, no seas aprensivo y mal humorado, las personas enojadas no son felices, déjate amar, piensa positivamente y espera siempre lo bueno. Entrégate en las manos de Dios para que cambie tu vida.

Buena actitud

Por increíble que parezca, nuestros amigos los perritos pueden enseñarnos algunos trucos para disfrutar de una vida plena. Observándolos deduje una filosofía canina que realmente ayuda:

• nunca dejes pasar la oportunidad de pasear y disfrutar de un buen día de sol
• corre a saludar a las personas que amas cuando veas que se aproximan
• practica la obediencia
• comunícate si sientes que invaden tu territorio
• sé leal
• descansa y toma una siesta cada vez que puedas
• come con gusto y entusiasmo pero detente cuando te sientas satisfecho
• si lo que deseas está enterrado, ¡desentiérralo hasta encontrarlo!
• corre, juega y salta porque divertirse es parte de la vida
• calla, escucha y trata de agradar cuando alguien que ha tenido un mal día se acerca
• evita morder por cualquier problema
• nunca pretendas ser lo que no eres
• baila, celebra y canta si estás feliz
• no guardes rencor, ni te sientas triste si te llaman la atención, busca consuelo en tus amigos
• no muerdas la mano que te da de comer
• déjate querer, no seas uraño
• relájate, alégrate con el placer de caminar o tirarte en el jardín a tomar el sol
• mantén una actitud alerta pero tranquila
• brinda cariño con alegría
• hazte el propósito de ser feliz y agradecido.

Eclesiastés 9:9-10 comparte: Goza de la vida con la mujer que amas, todos los días de la vida de tu vanidad que te son dados debajo del sol, todos los días de tu vanidad; porque esta es tu parte en la vida, y en tu trabajo con que te afanas debajo del sol. Todo lo que te viniere a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas; porque en el Seol, adonde vas, no hay obra, ni trabajo, ni ciencia, ni sabiduría.

Todas afrontamos problemas y dificultades en la vida, pero Dios nos da el regalo de su amor para poder disfrutar en medio de la tormenta. Tómate de Su mano y pídele que cambie tu actitud para que puedas disfrutar de lo bueno que te ha regalado. Todo lo grande y pequeño que tienes es fruto de Su amor, recuerda que Él es padre generoso que nunca te abandonará y tiene muchas bendiciones preparadas para que las disfrutes junto a los tuyos. Dale gracias por ello.

Por: Pastor Edgar Marroquín