Bautismo en el Espíritu Antes y Despues

La idea para este artículo vino de dos preocupaciones compartidas por muchos líderes pentecostales:

(1) el alto porcentaje de creyentes en las iglesias pentecostales que no han sido bautizados en el Espíritu Santo, y

(2) el entendimiento inadecuado de algunos, quizás muchos, en cuanto al propósito o propósitos del bautismo en el Espíritu.

Estoy sugiriendo que el remedio de estos dos problemas está mayormente en las manos de los líderes de iglesias (pastores, evangelistas, maestros), que son responsables para enseñar y guiar a otros creyentes.

No trataré con los asuntos de evidencia subsiguiente e inicial, los cuales están explicados claramente en la Declaración de verdades fundamentales de las Asambleas de Dios; este artículo no es una defensa de la posición doctrinal de la evidencia inicial.

Más bien, ofrezco sugerencias que ayudarán a los líderes a guiar a los creyentes a experimentar el bautismo del Espíritu y ayudarán a los creyentes ya bautizados en el Espíritu a realizar la potencial de su experiencia. El líder es colocado estratégicamente para ayudar a otros creyentes por precepto y ejemplo. Una explicación clara de la enseñanza bíblica es esencial, así también una demostración de la vida llena del Espíritu.1

PARA LOS AÚN NO BAUTIZADOS

Las sugerencias siguientes están basadas en la suposición que el creyente no está antagónico hacia la experiencia del bautismo en el Espíritu y que él es un candidato para la experiencia. La Escritura no da una formula para recibir la investidura inicial del Espíritu, pero las consideraciones siguientes deben ser útiles para el buscador interesado.

TODOS LOS CREYENTES SON CANDIDATOS.

Joel predijo que el Señor derramaría su Espíritu sobre toda carne (Joel 2:28,29). Ancianos y jóvenes, hombres y mujeres, siervos – sin distinguir entre edad, sexo, o posición social – están incluidos en la promesa. Esto resuena la esperanza ferviente (y profecía) de Moisés que el Señor pondría su Espíritu sobre toda carne (Números 11:29). La dotación profética ya no estaría limitada a unos pocos escogidos.

Pedro habló de este tema en el Día de Pentecostés cuando, primero, él citó el pasaje de Joel (Hechos 2:17-21) y entonces declaró que el don prometido del Espíritu era «para vosotros [judíos] es la promesa, y para vuestros hijos [sus descendientes], y para todos los que están lejos» (versículos 38,39).2 «Lejos» puede referirse a la distancia cronológica o geográfica, pero probablemente indica a los gentiles (Efesios 2:13,17).

El creyente interesado tiene que estar seguro y convencido que la experiencia es ciertamente para él. EL ESPÍRITU YA MORA EN TODOS LOS CREYENTES.

Es importante enfatizar que el Espíritu Santo no es externo a un creyente todavía no bautizado en el Espíritu. El Espíritu obra internamente en una persona que arrepienta y cree para afectar el nuevo nacimiento. Él no deja el creyente para regresar de nuevo a la hora de la investidura.

Algunos están confundidos debido a las imágenes del bautismo en el Espíritu que el Nuevo Testamento usa, tales como «bautizados en,» «derramado,» «caer sobre,» «venir sobre.» Pero estas solamente son maneras figurativas y gráficas de presentar una experiencia asombrosa del Espíritu morador. Por esto algunos lo llaman una «liberación» del Espíritu que ya mora adentro.

EL BAUTISMO EN EL ESPÍRITU ES UN DON.

Por definición, un regalo no se gana. Si fuera sobre la base del merito de una persona, entonces la pregunta incontestable sería, «¿Qué debe ser la magnitud de lo que la persona merece?» O, «¿Qué tan perfecta tiene que ser la persona antes de calificar para la experiencia?» Es posible que un buscador sincero sea preocupado con su propio sentido de indignidad al grado que el Espíritu no puede obrar libremente en esa persona.

DIOS NO PERMITIRÁ QUE LOS BUSCADORES TENGAN UNA EXPERIENCIA FALSA.

En mi experiencia de aconsejar a buscadores, a veces sucede que algunos tienen miedo que cuando hablen en lenguas será auto-generado o que no vendrá de Dios sino de Satanás.

Tales personas necesitan estar aseguradas de las palabras de Jesús, «Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?» Esto está en un contexto que dice que aun un padre terrenal no permitiría que la petición por un pescado sea sustituida por una serpiente o una petición por un huevo sea sustituida por una escorpión (Lucas 11:11-13).

Estas personas sensibles y a veces inseguras tienen que ser animadas a responder en voz alta a los impulsos internos de hablar sonidos desconocidos.

EXPECTACIÓN Y SINCERIDAD FACILITAN LA RECEPCIÓN.

El candidato tiene que estar dispuesto a entregarse a lo que el Señor lo impulse a hacer. Aunque las lenguas genuinas no pueden ser auto-generadas, el que recibe tiene que cooperar con o ser llevado por el Espíritu Santo. La experiencia de los discípulos en el Día de Pentecostés es instructiva, porque Lucas dice que hablaron en lenguas «según el Espíritu les daba que hablasen» (Hechos 2:4). Este aspecto de expectación es importante; puede servir como un antídoto a lo que algunos llaman, sin cariño, la búsqueda crónica.

ORACIÓN Y ALABANZA FRECUENTEMENTE DIRIGEN A LA EXPERIENCIA.

La enseñanza de Jesús sobre la disposición del Padre de dar el Espíritu Santo a los que le pidan (Lucas 11:13) sigue un pasaje extenso sobre la oración (versículos 1-12) en donde Él elabora sobre e ilustra los aspectos de la persistencia. Los verbos griegos por «pedir,» «buscar,» y «tocar» están en el tiempo presente del griego, sugiriendo las ideas de «seguir pidiendo, seguir buscando, seguir tocando.»

Esto debe de ser distinguido de rogar en desesperación y frustración. Más bien, es más como el principio dado en los bienaventuranzas, «Bienaventurados los que siguen buscando con hambre y sed la justicia, porque ellos serán saciados» (Mateo 5:6, traducción del autor). Debemos notar que antes del Día de Pentecostés los discípulos «perseveraban unánimes en oración» (Hechos 1:14).

Preguntas y respuestas sobre el Espíritu Santo

Al enseñar la doctrina de las lenguas como evidencia del bautismo en el Espíritu Santo, ¿hay un riesgo que las personas buscarán solamente las lenguas en lugar del bautismo en el Espíritu Santo?

Tristemente esto es una posibilidad, pero el abuso de una doctrina no anula la doctrina. Los abusos y falsificaciones, en lugar de refutar una doctrina, ayudan a establecer la importancia de lo genuino. Aunque hablar en lenguas acompaña el bautismo en el Espíritu Santo, es importante recordar el mandato de Jesús a los discípulos que necesitaban esperar hasta que fueran llenados con el Espíritu. El énfasis siempre tiene que ser la búsqueda de ser llenado con el Espíritu. Las lenguas naturalmente acompañarán la experiencia.

[Tomado de la oficial declaración de creencias de las Asambleas de Dios sobre el bautismo en el Espíritu Santo.]

LA PETICIÓN PERSISTENTE DEBE SER COMBINADA CON LA ADORACIÓN.

La oración en el aposento alto era complementada por el hábito de los discípulos que «estaban siempre en el templo, alabando y bendiciendo a Dios» (Lucas 24:53). Los buscadores del bautismo en el Espíritu deben ser animados a alabar y también hacer peticiones, porque el alabar a Dios en su propio idioma frecuentemente facilita la transición a alabarlo en lenguas.

Notamos que el contenido de las lenguas glossolalic de los discípulos era alabanza por las obras maravillosas de Dios (Hechos 2:11; probablemente 10:46). Esto es especialmente interesante porque la celebración judía del Pentecostés, un festival de cosecha, era un tiempo de gozo y agradecimiento a Dios. Aun sobre una base personal, una ofrenda personal a Dios de las primeras cosechas señalaba una alabanza del acto poderoso de Dios de librar a Israel de la esclavitud en Egipto (Deuteronomio 26:1-11).

Bendiciones especiales pueden suceder en el camino.

La experiencia del bautismo en el Espíritu culmina en el hablar en lenguas, pero uno puede tener experiencias muy válidas y significativas en el camino. Realmente no es apropiado referir al bautismo en el Espíritu como «una segunda obra de gracia,» porque todo lo que recibimos de Dios es por su gracia.

Como consecuencia, puede haber muchas bendiciones entre la regeneración y el bautismo en el Espíritu, y a veces estas bendiciones son una indicación de la experiencia culminante por venir. Con respeto al bautismo en el Espíritu, no tiene que ser «todo o nada.» Algunos encuentros espirituales con el Señor sirven para preparar y facilitar la recepción de la plenitud del Espíritu. Pero los buscadores tienen que está aconsejados a no confundir estas experiencias con el verdadero bautismo en el Espíritu.

El tiempo de Dios puede ser diferente que el nuestro.

El Señor sin duda responde a oraciones de fe y alabanza, pero por alguna razón que solamente Él sabe, su tiempo no siempre coincide con nuestros deseos. Tanto en el libro de los Hechos como en la historia de la iglesia, los derramos del Espíritu a veces ocurren en lugares inesperados y en tiempos inesperados.

Como consecuencia, el buscador no debe de ser desanimado o sentir condenado si la llenura del Espíritu no sucede en el momento esperado. Pero durante tiempos de visitación especial por el Señor cuando muchos están llenados con el Espíritu, las condiciones son óptimas para el buscador. Ésta era la experiencia del grupo de jóvenes en donde yo crecí. Por mucho tiempo nadie había sido bautizado en el Espíritu. Luego, por ninguna razón discernible, varios de nosotros fuimos llenados en un corto periodo de tiempo.

Mi hermana mayor era la primera bautizada en el Espíritu; no mucho después yo experimenté la llenura en la privacidad de mi cuarto, en un momento cuando yo estaba orando en general sin referencia específica al bautismo en el Espíritu.

PARA LOS YA BAUTIZADOS

Varias preguntas son pertinentes en una discusión de la experiencia después del bautismo en el Espíritu. Entre ellas serían: ¿Qué papel tiene el hablar en lenguas en la experiencia? ¿Es la palabra glossolalic la esencia de este bautismo? ¿Cuáles son los propósitos, o los resultados divinamente provistos, de la experiencia? ¿Creen algunos cristianos bautizados en el Espíritu, por lo menos implícitamente, que «una vez llenado, siempre llenado»? ¿Es el bautismo en el Espíritu una experiencia renovable? El líder es indispensable en enseñar y guiar a la gente hacia una perspectiva más expandida e inclusiva de la naturaleza y propósitos del bautismo en el Espíritu. Sugiero que los resultados divinamente provistos en el bautismo en el Espíritu deben incluir lo siguiente:

Hablar en lenguas

Hablar en lenguas es la indicación inmediata y empírica que la llenura ha tomado lugar, pero también beneficia el que habla espiritualmente, porque Pablo dijo que «el que habla en lenguas no habla a los hombres, sino a Dios» y que «el que habla en lengua extraña, a sí mismo se edifica» (1 Corintios 14:2,4). Esto es el aspecto devocional de lenguas que Pablo asocia con el hecho de bendecir a Dios y darle gracias (versículos 16,17).

Es un elemento de orar en el Espíritu (Efesios 6:18: Judas 20). Lenguas son, entonces, una manera en que los creyentes se edifican espiritualmente. Por eso es frecuentemente llamado un idioma personal de oración.

Entonces hablar en lenguas puede ser llamado una forma de gracia. No es una experiencia que ocurre solamente en el momento del bautismo en el Espíritu; debe de ser una experiencia continua y repetida. Esta idea está implícita en la declaración de Pablo a los corintios: «quisiera que todos vosotros siguierais hablando en lenguas» (1 Corintios 14:5, traducción del autor).3

Además, un número de eruditos responsables entienden que Pablo estuvo diciendo oración en lenguas, o por lo menos la incluía cuando dijo que «el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles» (Romanos 8:26). Una sinceridad con las manifestaciones espirituales

El bautismo en el Espíritu abre el recibidor a la disponibilidad de la totalidad de los dones espirituales. Esta es una consecuencia natural de haberse sometido ya a algo sobrenatural y al permitirse ser inundado por el Espíritu. Por ejemplo, lo que Pedro dijo a la multitud el Día de Pentecostés era realmente una palabra profética, que es claro de la manera en que Lucas presenta el discurso con el verbo griego apophthengomai , un término técnico para la palabra inspirada.

Un vistazo a las listas principales de dones espirituales (1 Corintios 12:8-10, 28-30; Romanos 2:6-8; Efesios 4:11) revelará que la mayoría de estos dones ya habían sido manifestados de alguna forma en el Antiguo Testamento y en los Evangelios. Los mismos discípulos antes de Pentecostés estaban sanando y echando fuera los demonios (Lucas 10:9,17; vea también Mateo 10:8). Además, un estudio de la historia de la iglesia demostrará que dones espirituales en sus muchas formas fueron manifestados por los cristianos a través de los siglos.

Como la edificación del pueblo de Dios es el propósito principal de los dones espirituales en la asamblea (1 Corintios 12:7; 14:3-6, 12), los creyentes llenos del Espíritu deben ser animados a desearlos fervientemente (1 Corintios 12:31; 14:1). Vida justa

El bautismo en el Espíritu se tiene que entender como algo que tiene implicaciones para una vida justa. Artículo 7 de la Declaración de verdades fundamentales de las Asambleas de Dios dice, correctamente yo creo, que con el bautismo en el Espíritu, «viene la plenitud del poder para la vida y servicio.» Yo creo que «para la vida» significa «para la vida justa.» Si, efectivamente, el bautismo en el Espíritu es una inmersión en Aquel que es el Santo Espíritu – la designación más frecuente para Él en el Nuevo Testamento – la experiencia tiene que infringir la santidad personal.

Un problema muy básico con los creyentes en Corinto era que continuaban a hablar en lenguas sin permitir que el Espíritu obrara internamente en sus vidas. Es en este punto donde los creyentes bautizados en el Espíritu necesitan entender que el fruto espiritual, y no solamente los dones espirituales, deben ser una parte de la experiencia pentecostal.

El fenómeno del fuego en el Día de Pentecostés tiene que ser relacionado, en parte, con la santidad de Dios (como es común en la Escritura – la zarza ardiente, por ejemplo) y por consiguiente la santidad del recibidor. El bautismo en el Espíritu no produce santificación instantánea (nada hace esto), pero le da al recibidor un ímpetu adicional de buscar una vida que agrada a Dios.

Con esto, es importante ver la conexión que Pablo hace entre el ser continuamente lleno del Espíritu y sus consecuencias en la vida del creyente – un espíritu de gozo, ministerio a otros, gratitud, sumisión mutua, y respeto (Efesios 5:18 al 6:9).

Es apropiado en este momento mencionar que la plenitud del Espíritu no debe ser una sola experiencia. En adición de la obra interna diaria del Espíritu en la vida de uno, hay ocasiones cuando Él viene sobre los creyentes en tiempos de crisis o para satisfacer una necesidad especial; estos tiempos también son una referencia de ser «llenado con el Espíritu» (Hechos 4:8,31; 13:9,52). Poder para testificar

La asociación del poder con el Espíritu Santo es común en el Nuevo Testamento, y a veces los dos términos son intercambiables (por ejemplo, Lucas 1:35; 4:14; Hechos 10:38; Romanos 15:19; 1 Corintios 2:4; 1 Tesalonicenses 1:5). El Jesús resucitado dijo a los discípulos que se quedaran en Jerusalén hasta que sean «investidos de poder desde lo alto» (Lucas 24:49).

En Hechos, Él les dice «recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos» (1:8). Estos temas del bautismo en el Espíritu y la evangelización del mundo son enfoques muy relacionados en el libro de los Hechos.

Una relación de causa-efecto entre los dos es obvia, pero debemos de notar que Jesús no dijo que el único propósito del poder era la evangelización. Yo ya indique que la obra del Espíritu en el bautismo del Espíritu se tiene que entender desde un contexto más amplio de lo que Hechos enfatiza. Sin embargo, una persona bautizada en el Espíritu que no está preocupada por los perdidos es una contradicción de términos.

Desde el punto de vista tanto bíblico como del movimiento pentecostal misionero y evangelístico, el recibir este poder siempre se tiene que entender que incluye la proclamación del evangelio. Esta proclamación, obviamente, es primordialmente verbal, pero el poder que Jesús prometió incluía la practica de milagros en el nombre de Él.

El libro de los Hechos relata un catálogo auténtico de los acontecimientos de los dones espirituales – dones vocales, de sanidad, exorcismo, levantando los muertos, etc. – que el Señor usaba para preparar a las multitudes para la proclamación del evangelio.

CONCLUSIÓN

He intentado tratar con una variedad de temas: la necesidad de los líderes (pastores, evangelistas, maestros) de enseñar al pueblo de Dios acerca de la preparación para recibir el bautismo en el Espíritu; la necesidad de enseñar más comprensiblemente sobre los propósitos y resultados del bautismo; la necesidad de que los ya bautizados experimenten la plenitud del Espíritu continuamente y también de vez en cuando una investidura especial en tiempos de necesidad especial.

El bautismo en el Espíritu Santo tiene que ser más que una doctrina encerrada en un relicario; tiene que ser una experiencia vital y productiva en la vida de los creyentes y sus relaciones personales con el Señor, su interacción con otros creyentes, y su testimonio al mundo.

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