Como Buscar a Dios

Conservo en mi oficina la vieja y desgastada Biblia de mi abuelo. Hay algo muy especial acerca de ese libro. Siempre que lo tomo en mis manos, me acuerdo de alguien que Dios usó para plantar en mi corazón las lecciones más maravillosas de toda una vida.

Aunque yo no veía a mi abuelo a menudo, él hizo un profundo impacto en mi manera de pensar y en mi crecimiento espiritual. En una de nuestras infrecuentes pero preciosas visitas, me habló de la manera como Dios había actuado en su vida. Entonces comencé a preguntar: Señor, si Tú obraste de esa manera en la vida de mi abuelo, ¿qué estás dispuesto a hacer en mi vida? Yo tenía apenas 17 en ese momento, y no entendía totalmente el concepto, pero esa conversación puso en mi corazón el deseo de buscar a Dios.

La expresión “buscar al Señor” se refiere al deseo de conocerle, al hambre y a la sed ardientes de tener una relación íntima con nuestro Creador. Implica la maravillosa sensación de desarrollar unidad con Él, donde Jesucristo no es ya nuestro distante Salvador y Señor, sino un amigo íntimo que camina con nosotros día tras día.

En Mateo 12:39, Jesús llamó “mala y adúltera” a su generación: “La generación mala y adúltera demanda señal; pero señal no le será dada”. Ellos buscaban señales y prodigios en vez de buscar al Señor. Hoy, vivimos en un clima espiritual muy parecido, en el que las personas quieren demostraciones del poder divino, pero se conforman con una simple relación superficial con Jesús. Les satisface saber que son salvas, asistir a la iglesia y recibir respuestas a sus escasas oraciones; sin embargo, prefieren no ahondar en su relación con su Salvador ni buscarle más efectivamente.

Maneras de buscar a Dios

Los beneficios de buscar a Dios son maravillosos; la Biblia nos dice que “los que buscan a Jehová no tendrán falta de ningún bien” (Salmo 34:10). Pero no seremos llevados por inercia, de manera accidental a una relación significativa con Él; el secreto para desarrollar intimidad con Dios es actuar decididamente teniendo ese fin en mente. Como dice en 1 Crónicas 22:19: “Poned, pues, ahora vuestros corazones y vuestros ánimos en buscar a Jehová vuestro Dios”. ¿Cómo podemos, entonces, buscar con tesón conocerle mejor?

Por la Biblia: La Biblia es la relación escrita de los atributos de Dios y de la manera como Él actúa. Muchos cristianos leen uno o dos pasajes cada mañana, pero buscar al Señor exige mucho más que eso. Cuando abra la Palabra de Dios, dígale al Señor: “Quiero conocerte mejor. Háblame, Señor, y muéstrame la verdad sobre Ti”. Usted puede tener la seguridad de que “muéstrame la verdad” es una oración que Dios siempre responderá.

Cuando usted se enamora de alguien, anhela desarrollar una relación para conocer más a esa persona. Cuando se produce la intimidad verdadera, las barreras desaparecen y la ignorancia es sustituida por un conocimiento que tiene un nivel más profundo que lo físico o lo emocional: se produce una conexión con el espíritu de la otra persona.

De manera parecida, si usted quiere buscar a Dios, abra su Biblia con el propósito de hallar respuestas a las siguientes preguntas: ¿Quién es este Dios? ¿Quién es este Cristo? ¿Quién es este Espíritu Santo que mora dentro de mí y que expresa la vida de Jesús a través de mi ser?

Por la oración: Todos nosotros tenemos una lista de oración. En realidad, la mía tiene centenares de asuntos, pero nada de lo que hay en esa lista abarca mi objetivo supremo cuando oro, que es conocer más a Dios. Hace algún tiempo aprendí esta verdad en el libro En pos de lo supremo, de Oswald Chambers. Lo más importante en mi vida no es mi servicio, ganar personas para Cristo, predicar sermones, o ser un pastor. Lo más importante en mi vida es desarrollar mi relación con Cristo. Por tanto, cuando usted se acerque a Él en oración, dígale: “Señor, abre mi corazón a Ti y háblame; muéstrate a mí, y ayúdame a entender Tus caminos”.

Por la adoración: No venga a la iglesia simplemente porque es domingo. Por el contrario, venga con un corazón hambriento y una actitud de: “Señor, ¿qué quieres decirme? ¿Qué quieres hacer en mí y a través de mí?” Venga listo para escucharle; tenga una Biblia abierta, una libreta y una pluma, para que pueda anotar lo que el Señor le revele lo que Él está tratando de hacer en su vida. Usted se marchará habiendo aprendido verdades que influenciarán su futuro si las acepta y las aplica.

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