Cómo volver al primer amor

Toda persona experimenta algo especial en el momento que conoce al Señor Jesús como Salvador de su vida. Cuando esto ocurre, el mundo es diferente, el cielo se ve más hermoso; hay un deseo en el corazón por hablar acerca de Jesús en todas partes. No nos importa el momento, el lugar o la situación para testificar de lo bello y hermoso que es nuestro Dios y lo mucho que Él ha hecho en nuestras vidas y en nuestro corazón. En ese momento se experimenta el amor verdadero, puro y santo que ofrece nuestro amado Jesús.

Cuando el primer amor toma lugar en nuestro corazón, estamos siempre llenos de gozo, fe y esperanza; no faltamos a los servicio de la iglesia, oramos todos los días, estudiamos la Palabra, somos sensibles a la presencia de Dios y Jesús ocupa el primer lugar en nuestra vida.

El primer amor tiene muchas características importantes que, al transcurrir el tiempo, se van perdiendo de vista.

A veces, sin darnos cuenta, nos envolvemos tanto en los afanes de la vida que nuestra relación con Dios va disminuyendo, tal punto, que le damos cabida al enemigo para que actúe en nuestros corazones. En ocasiones, cuando nos enfocamos en el servicio desmesuradamente, nos olvidamos que lo más importante es nuestra relación con nuestro Padre celestial. Entonces, nos convertimos en uno más que engruesa la línea de los “quemados”. En todas las áreas de la vida se debe mantener un equilibrio, para no dejar de lado lo más importante, que es nuestro Dios, el Rey de reyes y Señor de señores.

Si usted considera que ha perdido el primer amor, es tiempo de tener un encuentro cercano con Jesús. Entrar en su presencia es el mejor camino para hacerlo. Es tiempo de arrepentirnos y comenzar de nuevo a caminar tomados de Su mano. Sólo así, la pasión volverá a nosotros; sólo así volveremos a sonreír y llenar nuestra boca con Su palabra.

Por Apostol Guillermo Maldonado

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