De Rodillas Somos Más Altos y Más Fuertes

PASAJE CLAVE: Nehemías 1.1-11 | LECTURAS DE APOYO: Nehemías 2.4; 5.9; 4.1-5, 18; 6.1-3 Salmo 55.22; 66.18; 103.19 | Proverbios 10.22 | Isaías 6.1-6 | Lucas 24.49 | Juan 8.32 | Romanos 2.4

INTRODUCCIÓN: La oración es poderosa. La oración nos permite echar nuestras cargas sobre el Señor (Sal 55.22) y recibir orientación y ayuda de Él. Sin embargo, con demasiada frecuencia no apreciamos este privilegio en todo lo que vale y en lugar de recurrir al Padre en oración, intentamos resolver nuestros problemas por cuenta propia.

Usted y yo podemos experimentar el poder de Dios en nuestra vida cotidiana si estamos dispuestos a inclinarnos ante Él y buscarlo sinceramente, reconociendo que de rodillas somos más altos y más fuertes. Pero, ¿tenemos que arrodillarnos cada ocasión que oramos? No.

Físicamente hay muchos que no pueden hacerlo, por lo que la actitud de nuestro corazón debe ser de temor reverente y sumisión al Dios omnipotente. Si nuestro concepto de la oración es correcto, podremos confiar en que Él conteste nuestras peticiones.

DESARROLLO DEL SERMÓN

Nehemías sabía ser alto y fuerte sobre sus rodillas. En su papel como copero del rey Artajerjes, Nehemías tenía un puesto de mucha influencia y probablemente vivía rodeado de lujos, pero como era uno de los judíos cautivos no estaba en libertad de ir adonde quisiera.

Al saber que los muros de Jerusalén estaban en ruinas y, por ende, vulnerable a ser atacada, buscó a Dios en oración e hizo duelo por algunos días (Neh 1.4).

El Señor le dio gracia con el rey, el cual le dio permiso para ausentarse por un tiempo y a la vez suplió a los exilados materiales de construcción y les brindó protección militar (Neh 2.5-9). Además le dio cartas para los gobernadores de las provincias por las que pasarían en su camino a Jerusalén para que les permitieran seguir adelante.

En varias ocasiones Nehemías buscó al Señor al tropezar con problemas o amenazas, pidiéndole fortaleza para continuar pese a las críticas y el desaliento (Neh 4.1-5). Dios le concedió sabiduría para enfrentarse a sus opositores (Neh 6.1-3) y para defender las ciudades (Neh 4.18).

Para sorpresa de sus enemigos, los judíos reconstruyeron el muro en 52 días y, lo más importante, tuvieron un avivamiento espiritual como resultado de la fidelidad de Nehemías.

¿Cómo debemos orar?

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