Dos son mejor que uno – Predica

Eclesiastés 4:9-12 Reina-Valera 1960 (RVR1960)

Mejores son dos que uno; porque tienen mejor paga de su trabajo.

Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero; pero !!ay del solo! que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante.

También si dos durmieren juntos, se calentarán mutuamente; mas ¿cómo se calentará uno solo?

 Y si alguno prevaleciere contra uno, dos le resistirán; y cordón de tres dobleces no se rompe pronto.Reina-Valera 1960 (RVR1960)

Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.


Cuando nos vemos en la necesidad de levantar un objeto muy pesado, suele pasar que nos resulta imposible hacerlo si lo queremos hacer solos, rápidamente nos damos cuenta que necesitamos una ayuda que nos permita levantar el objeto y así trasladarlo al lugar que queremos..

Se hace necesario más de una fuerza asociada para lograr el fin, de igual manera pasa en una fábrica, no funciona con un solo empleado sino con un conjunto de ellos, que día a día trabajan de manera coordinada para lograr el producto final.

También nos pasa en nuestra vida, Dios nos ha dado la dicha de contar con amigos o personas allegadas que han sido y son de gran ayuda para superar nuestros conflictos y problemas, sin embargo no siempre nos sentimos de esa manera y hasta podemos decir: Yo no tengo a nadie y ni quiero, porque los que tuve me han decepcionado, abusado de mi confianza y me dieron la espalda, justamente cuando más los necesitaba..

Lamentablemente en algunos casos esto es cierto, pero la palabra de Dios nos dice:

“No hay justo ni aun uno” 

(Romanos 3:10)

Nos confronta porque nosotros también hemos fallado alguna vez, por lo cual si te han defraudado, que ésta no sea la causa, para pensar que no le importas a nadie o que no necesitas de la ayuda de otra persona…

El dicho popular declara: «Mejor solo, que mal acompañado», sin embargo, qué dice la Biblia? 
En (Eclesiastés 4: 9-10) dice: “Es mejor ser dos que uno, porque ambos pueden ayudarse mutuamente a lograr el éxito. Si uno cae, el otro puede darle la mano y ayudarle; pero el que cae y está solo, ese sí que está en problemas”

Estas palabras nos animan a pensar que efectivamente necesitamos de la ayuda de otros y también a ser de apoyo para los demás, Jesús es un ejemplo vivo de amistad productiva!!
La Biblia relata cómo brindó ayuda a las personas que tuvieron un encuentro con él, una transformación sucedía en cada vida, como el ladrón que se hallaba a su lado en la cruz, casi sin aliento, pero por su gran misericordia, lo llevó a experimentar la salvación! Y vivir en el paraíso!!

Amigo… Seguramente tú y yo podemos ser esa mano que se extiende para levantar al caído, esa voz que transmite palabras de vida al que no tiene esperanza, la dirección al que está desorientado, palabras y hechos que aporten madurez integral a nuestro prójimo, como Jesús mismo dijo:

“Hay más bendición en dar que en recibir”

(Hechos 20:25)

Tal vez te sientas solo, y con fuerzas insuficientes para levantar un pesado problema que te agobia, quizás te sientas agotado, de haber tratado de diferentes maneras, pero recuerda dos cosas:
*No estás solo, tu familia de la fe, está contigo dispuesta a compartir tu carga y principalmente,
*Jesús sigue con su mano extendida, diciéndote:

«Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga». 
(Mateo 11: 28-30)

Jesús envió a sus discípulos de dos en dos en muchas ocasiones:

1. Cuando envió a los 12 a predicar.
2. Después, cuando envió a los 70 a predicar.
3. En varias oportunidades envió a dos de sus discípulos a ejecutar órdenes, como cuando fueron por el burrito y cuando prepararon el aposento alto para la última cena.

En la iglesia primitiva vemos que los primeros discípulos también iban de dos en dos:

1. Pedro y Juan, sanando al enfermo en el templo y ante el concilio.

2. Pablo, predicando junto a Bernabé en su primer viaje misionero.

3. Pablo, luego que se separó de Bernabé, siempre estuvo acompañado por Silas o Timoteo.

Dos son mejor que uno

Dice Eclesiastés 4:9-12 que “dos son mejor que uno”. He aquí por qué:

1. “Porque tienen mejor paga de su trabajo”. Dos trabajando juntos son más productivos. Por eso existen las asociaciones, las sociedades y las fusiones entre empresas y bancos.

2. “Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero; pero ¡ay del solo! que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante”. Se ayudan y levantan mutuamente. Un ejemplo es la ayuda que se tiene en un equipo deportivo; por muy bueno que un atleta sea, siempre necesitará de alguien que lo apoye como equipo.

3. “También si dos durmieren juntos, se calentarán mutuamente; mas ¿cómo se calentará uno solo?” El mejor ejemplo de esto es el matrimonio: una pareja de esposos viviendo de común acuerdo.

4. “Y si alguno prevaleciere contra uno, dos le resistirán; y cordón de tres dobleces no se rompe pronto”. Hay mayor fortaleza y determinación cuando trabajamos a la par de otro. Aún los policías trabajan en parejas.

Dios dijo del hombre que no tenía pareja: “No es bueno que el hombre esté solo…” (Gn.2:17). Aún a él le hizo una ayuda idónea.

Bendiciones de trabajar en pareja

1. La presencia de Dios habita en la unidad; “Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos”. (Mt. 18:20).

2. Dios responde a las oraciones de dos en común acuerdo. “Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquier cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos”. (Mt. 18:19).

3. Victoria sobre el enemigo. “¿Cómo podría perseguir uno a mil, y dos hacer huir a diez mil, si su Roca no los hubiese vendido, y Jehová no los hubiera entregado?” (Det. 32:30).

Caminar de común acuerdo

Dice Amos 3:3 “Cómo andarán dos juntos, si no estuviesen de acuerdo”. Un acuerdo es un encuentro o ensamble con otro; es la unidad de dos personas en una sola voluntad. Si no hay un acuerdo entre los dos, será muy difícil caminar o si lo hacen, será imposible hacerlo juntos.

Caminar con otra persona en el servicio al Señor es cuestión de principios y actitudes correctas. Es el corazón propio el que determina la unidad y compromiso hacia la otra persona. La Biblia nos enseña qué actitudes debemos guardar: Estimar al otro como superior a uno mismo (Fil 2:3-4). Si guardamos esto, no habrá problema en quién manda o quién dirige.

Romanos 12:9-18 señala varios principios, entre los cuales está el amor sincero, la honra y respeto que nos debemos y el hacer el bien sin importar lo que se nos hizo. Guardando esto evitaremos un sinnúmero de problemas.

El acuerdo a la manera de Dios

Mateo 18 nos habla cómo lograr un acuerdo: orando juntos delante de Dios, buscando su voluntad. (Mt 18.19-20). Un acuerdo es encontrar la voluntad de Dios para ambos.

No hay acuerdo si no hay arrepentimiento y perdón. El apóstol Pablo dijo que era necesario que hubiera disensiones para ver quién salía aprobado, al ejercer el arrepentimiento y el perdón. No hay cristianismo si no hay perdón, pero éste no se da si no hay errores.

Para que haya acuerdo, debemos humillamos y volvernos como niños. El orgullo endurece nuestro corazón para buscar la voluntad de Dios. La unidad de la pareja se refleja en el grupo y en la red. Dios bendice donde hay acuerdos.

Algunos pensamientos sobre el trabajo en pareja

No hay “pareja perfecta”; la unidad y comprensión son reflejo de sanas actitudes hacia la otra persona.

La unidad y amistad no es necesariamente el ensamble de dos personalidades que encajen. Dios puede moldear el temperamento de cualquiera y debemos tener un buen corazón para comprender y relacionarnos con otro.

“¿Quién de los dos decide?” Esta es una pregunta que usualmente cruza por la mente. La actitud correcta es estimar al otro como superior y ejercer con responsabilidad mi trabajo. Cuando estamos preocupados por quién manda, muy probablemente tenemos orgullo o deseos de ser el mayor. Recordemos: “quien quiera hacerse el mayor, será vuestro servidor”.

Relacionarnos con otra persona hace que salga a luz lo mejor y lo peor de uno. Por lo que debemos saber dar el enfoque correcto a esto: Dios está permitiendo que seamos formados a través de otro (Pr 27.17).

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