Las Recompensas

“He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra” (Apocalipsis 22:12)

Para mí ha sido impactante darme cuenta al leer esta escritura que al Señor le urge, está pronto, para galardonar a todo aquel que ha decidido servirle y actuar de acuerdo a Su Palabra. Ya sea como hijo, padre, amigo, esposo (a), empleado, empresario, servidor público, o como ministro en una iglesia podemos hacer la obra de Dios y publicar Su Reino a través de nuestras actitudes, palabras y acciones. Cualquier obra de caridad, de honestidad, de eficiencia, de comprensión, etc, hecha para el Señor tendrá su recompensa pues: “… Dios no es injusto para olvidar vuestra obra y el trabajo de amor que habéis mostrado hacia su nombre… ” (Hebreos 6:10).

Vemos cómo el Señor muestra un interés muy grande en recompensar a aquellos que han decidido creerle, y dar el todo por el todo por su gran amor mostrado en la cruz para salvar a la humanidad. Podemos darnos cuenta que al Señor le importa demasiado la gente de Su Reino (nosotros), y no tanto Su Reino como un sistema. Él está más interesado en ti y en mí que en Su Reino.

¡Qué diferente perspectiva a la que por algún tiempo tuvimos! ¿No crees? ¡Dios interesado por ti, valorando tu esfuerzo, motivándote a servir, haciéndote saber que habrá recompensas y pago por tu trabajo en Su Reino! ¡Qué Dios tan precioso servimos! Antes de venir a establecer Su Reino, le interesa recompensar a quien le sirve en él.

“… Como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman” (1 Corintios 2:9)

“Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano” (1 Corintios 15:58)

Gracias a Dios somos salvos por la fe en la Sangre del Cordero de Dios que fue derramada en la cruz del Calvario y no por obras. Pero qué agradable es saber que aunque no servimos a Dios con el fin de obtener recompensas, Él en Su infinito amor nos quiere bendecir abundantemente con ellas en esta vida, y lo más importante, por la eternidad, donde nunca terminarán.

“La conexión inquebrantable”

El mes pasado resaltamos que el Señor esta pronto a regresar para galardonar a aquellos que han (hemos) decidido servirle y conectar sus vidas a Su reino como hijos, padres, empleados, empresarios, servidores públicos, o cualquier actividad que desempeñes cotidianamente. Los que queremos hacer las cosas para esperar resultados no solo a corto plazo (esta vida) sino a largo plazo (la eternidad).

La mayoría de nosotros hemos visto nuestra vida como si fueran dos partes. El ahora aquí en la tierra y después de la muerte la eternidad, pero Jesús enseñó que hay una “Conexión inquebrantable”. Veamos algunos ejemplos de esto:
1. La conexión de la fiesta: “Dijo también al que le había convidado: Cuando hagas comida o cena, no llames a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a vecinos ricos; no sea que ellos a su vez te vuelvan a convidar, y seas recompensado. 13Mas cuando hagas banquete, llama a los pobres, los mancos, los cojos y los ciegos; 14y serás bienaventurado; porque ellos no te pueden recompensar, pero te será recompensado en la resurrección de los justos” (Lucas 14:12-14)

La palabra griega (el Nuevo Testamento fue escrito originalmente en griego) traducida en este pasaje como recompensado o recompensar es “Antapodoma” que significa: Pago en respuesta por algo realizado. Esto quiere decir, que cuando tu realizas una obra a favor de alguien en necesidad, y lo haces para manifestar el amor de Dios, y para hacerles saber a aquellos que ayudas que Dios les ama; el Señor te recompensará o te pagara esa acción o servicio en la resurrección y será una recompensa para la eternidad.

Recordemos lo que el buen samaritano dice que hará al mesonero por cuidar al hombre en necesidad que había sido robado, golpeado y que la religión no había podido ayudar: “Otro día al partir, sacó dos denarios, y los dio al mesonero, y le dijo: Cuídamele; y todo lo que gastes de más, yo te lo pagaré cuando regrese” (Lucas 10:35). La palabra aquí traducida como pagaré en otras ocasiones se traduce como pago o recompensa por una labor realizada también.

Entonces podemos estar seguros que lo que hagamos en ayuda a quien este en necesidad, un día será recompensado en la eternidad. Recordemos que: “…Dios es justo, y no olvidará lo que ustedes han hecho y el amor que le han mostrado al ayudar…” (Hebreos 6:10 DHH) y que Él Señor dijo: “He aquí que vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra” (Apocalipsis 22:12).

Roberto Wilmer Aguilar
Director de la Escuela de Ministerios «Centro de Edificación y Entrenamiento Vida»
Tepic, Nayarit, Mexico
rwilmer@yahoo.com
Nuestra pagina esta en preceso de mejoria pero

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