Nuevos horizontes

Fue un dìa de esos en donde las persona se ha rendido a la vida. Me encuentro recostado en mi cama, los sintomas de borrachera anterior me esta matando; pero en realidad lo que màs me mortifica es una terrible angustia de no tener nada, literalmente estoy en bancarrota. Mi esposa me abandono y se caso con otro, mis hijos no quieren ni verme, debo la renta de mi caza, no tengo trabajo, dinero peor. Mi estomago aunque algo alocholizado todavìa me reclama por comida.

A mi mente llegan una tanda de pensamientos suicidas y eso me llena de un profundo miedo. En ocaciones anteriores he sentido lo mismo y he estado al borde de ahorcarme; he llegado al colmo de escuchar voces que me incitan a cometer la locura de quitarme la vida. Pienso que este es mi fin, y estoy pensando seriamente en tirarme de lleno a esa vida de perdiciòn, total, no tengo remedio.

He visitado Alcoholicos Anonimos y nada. De religiosos no quiero saber, fuì educado en ese campo y me dì cuenta que muchos son solo fanaticos, gente con la cual no vale la pena estar… jajajaja, en verdad me da risa verlos con sus Biblias bajo el brazo. Dios le bendiga… hipocritas – pienso-, por dentro estan màs negros que yo.

A muchos de ellos he puesto en su lugar, Biblia en mano les he demostrado lo equivocados que estan, les he mostrado los vacios de la lectura y lo incoherente de su creencia. En mi niñes y juventud fui lector de la Sagrada Palabra , me retirè porque no halle una congregaciòn en donde se pusiera en practica tal como debe de ser, todos estan equivocados. Los pastores y los lideres de las diferentes religiones se estan lucrando y eso me molesta, mejor me muero con mi conocimiento.

Muchas veces he pensado en la muerte, le temo ¿ Què pasara en ese momento ? , a donde iremos cuando muramos? . No me inporta, eso lo averiguarè ese instante. Ya decidì, desde hoy no trabajarè, entregarè el lugar donde vivo, total no puedo pagar los 18 meses de renta, como no tengo ni donde dormir me ire a la calle y sobrevivirè como pueda, para eso me entrenaron en el ejercito. Para distraerme un rato tomo la radio, sintonizo una emisora y coloco los audifonos en mis oìdos, es una predicaciòn cristiana. Es de esas que he escuchado en cientos de veces, son bonitas pero en realidad pienso que no sirven para nada.

El cristianismo me tiene sin cuidado. Como estoy en un mal momento mi concentraciòn en la predicaciòn no es constante, mas me doy cuenta que el tema es interesante. » Nacer de nuevo «, otra historia – pienso -. El disertante habla de Nicodemus y Jesùs, explica lo que significa las palabras del maestro cuando responde a su interlocutor. Mi mente se agudiza, el sermòn ha despertado un interes tan profundo en mi que no quiero perder ni una sola palabra, siento una especie de felicidad en mi cuerpo, una sensaciòn extraña ha invadido mi espacio, pareciera que la predica es para mi.

Las palabras citadas de la Biblia parece que se dirigen a mi incredulidad, las dudas que mi espiritù guarda son aclaradas de manera tal que parece que un velo ha sido quitado de mi entendimento. Mi alma se quebranta ( en realidad no puedo explicar lo que sentì ), lagrimas en abuncia ahogan mis ojos, lloro pero una felicidad indescriptible embarga mi ser. El predicador ha terminado su mensaje, estoy todavìa pensando cuando una voz de mujer hace la invitaciòn de aceptar a Cristo como salvador personal.

Casi inconciente repito la oraciòn sugerida para tal fin, ella finaliza diciendo » Ahora usted es un hijo de Dios » » Congreguese con nosotrsos ….», esta frase cala hondo en mi. No se como, pero me doy cuenta de no hay retroceso, pienso en mis amigos de borrachera, familiares, vecinos ¿ Que he hecho ?, me conformo en vivir el momento y despuès pensar en la consecuencia de mis actos.

Todo ese dìa me mantuve sin alcohol, al sigueinte mi compañero de trabajo me invito a tomarnos unos tragos y acepte su ofrecimeinto, pero algo en mi interior reprochaba mi conducta. Algo inquietaba mi mente, me avergonzaba contar que habìa aceptado al Señor,y procuraba alejar de mi ese sentir pero era màs poderoso que mis propias fuerzas, algo parecìa decirme al oìdo » Ahora usted es un hijo de Dios «, algo exraño se habìa apoderado de mis emociones.

Pasaron dos dìas de mi encuentro con Dios, es de mañana y otra vez cedo a la invitaciòn de divertirnos alrededor de una botella de licor; le comparto a mi amigo lo mal que me hace sentir estar tomando, le insinuo que estoy interesado en dedicarme a las cosas de Dios, le confieso estar harto de esta vida y le confirmo que me entregarè a Cristo. Soy tildado por èl de ebrio, mas al ver mi firmeza dice compartir mi sentir; le invito a asistir juntos a un culto cristiano, accede. La botella està a la mitad, me he puesto de pie y me dirijo fuera del lugar, mi acompañante esta duditativo, le insisto para que me siga. Este se resiste, me aconseja dejarlo para otro dìa.

Salì del sitio solo, realmente no recuerdo como lleguè a la Iglesia, en mi memoria solo esta archivado el momento cuando entrè, fui invitado a tomar aisento, me dieron la bienvenida, del sermon no entendì nada. Felizmente puedo decir que escuche cuando llamaron a recibir al Señor Jesùs como salvador personal, me puse de pie, sentì que en ese momento estaba ratificando mi pacto, algo nuevo tomo posesiòn en mi, todavìa alcoholizado hice promesa a mis hermanos que asistirìa de nuevo.Mis ojos fueron abiertos aquel dìa, gracias doy a Dios por su misericordia, grande es su amor, lo mas vil y pecador solo puede ser cambiado por èl.Gloria a su nombre, amen.

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