¿Quién nos prospera, acaso la buena suerte?

El Valle de Piedra es inmenso y representó hace algo más de dos siglos, uno de los mayores retos para los pastores que asignaban con el propósito de ejercer ministerialmente entre los pocos miembros de la congregación.—

Servir a Dios es fabuloso, pero no en ese territorio tan árido en donde lo único que se produce es la tristeza y lo poco que se cosecha es la desolación—solían repetir los ministros evangélicos después de pasar un tiempo predicando por las montañas, de regreso a casa en la ciudad.

 

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Fijaos bien en lo que acabamos de decir; de otra suerte sufriríais una equivoca

Ps. Fernando Alexis Jiménez
El cambio en su vida, requiere que asuma una posición radical
Las gentes olvidaron el día, pero jamás borrarán de sus recuerdos lo que hizo…
Era un sacerdote relativamente joven: treinta y cinco años. Alto, delgado y con una sonrisa a flor de labios que despertaba confianza. Llegaba a reemplazar un clérigo que, sobrepasando los sesenta años, se retiraba a los cuarteles de invierno.

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