«Ten cuidado de ti mismo y de tu doctrina.» 1 Ti.4: 16.
Todo obrero sabe cuán necesario le es conservar su herramienta en buen estado, porque «si los instrumentos se embotasen y no los amolase, tendría que emplear más fuerzas.» Si al obrero se le gastara el filo de su azuela, sabe que se vería obligado a redoblar su esfuerzo, so pena de que su obra saldría mal ejecutada. Miguel Ángel, el predilecto de las bellas artes, comprendía tan bien el importante papel que desempeñaban los útiles que usaba, que hacia con sus propias manos sus brochas y pinceles, ejemplificándonos de ese modo al Dios de la Gracia que con especial cuidado se adapta a sí a todo ministro verdadero.
Jóven: Cómo temer a Dios sin tener miedo
«¡Temed a Dios, y dadle gloria!» (Apocalipsis 14:7) Cuando Dios nos creó, también incorporó en nuestro organismo un sistema de alarma para protegernos del peligro y el dolor. Uno de los sensores primarios de este sistema es la emoción de miedo, que funciona como una luz de advertencia similar a las luces del tablero de …